Besar tu rostro, recorrerlo con mis labios, hurgar tu piel con mi lengua arropados entre sombras cálidas, es mi más grande anhelo, hoy, enjaulado al interior de una montaña, tan lejos de ti.
Frente a ella se encontraba un lobo blanco, enjuto, su afilada mirada clavada en su cara de niña. Caía la nieve en el bosque, caía la noche y a pesar de los rezos, Trishka nunca se hizo presente.