Orín

El monje recibió de manos de la joven una taza de te, pero al beberlo se dio cuenta del engaño, tiró la taza y le asestó a la burlona un duro golpe en la cabeza con su bastón. Así la joven mostró su verdadera personalidad de zorra y huyó, dando agudos gritos, al bosque, herida y asustada.

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