El rumor del río

Más allá del muro hay un río. Pero él no puede verlo. Sus manos acarician los accidentes de la superficie irregular, el frío cemento. Su dedo se detiene en una grieta, hurga y las hormigas rojas de grandes cabezas y fuertes mandíbulas, salen rápidas a atacar al invasor. Primero envuelven el dedo, luego la mano, el brazo, la cara, los ojos, el cuerpo del niño que cae a tierra mientras las nubes flotan, soberbias, en un cielo gris.

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