Pájaros negros
La ceniza cae por montones, los
árboles se desploman con el peso acumulado. Por más que intentamos salir, aquí
seguimos atrapados en una tierra perdida. El campo en el que trabajábamos un
día eructó vapores hediondos. Se resquebrajaron las calles. Y poco a poco, en
el medio del pueblo, comenzó a alzarse un monte caliente, una loma negra. Nadie
lo creyó, pero con las horas y los días, fue naciendo una montaña de fuego. De
pronto quedamos instalados en una noche interminable.
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