Fugaz

El hijo del cielo, después de sacrificar cien mil vidas en vano en la última batalla, mandó construir una pila funeraria. Ascendió a ella, observó en silencio los pocos súbditos que quedaban, miró fugazmente el sol, y luego de hundir la espada en su vientre, gritó que encendieran el fuego.

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