IV
Un hombre, amante de
una isla del mar del norte, yace muerto y congelado en su cama. El viento
golpea con fuerza las paredes, el techo. Pero es el terrible oleaje el que
finalmente desnuda la frágil construcción de madera. De súbito las olas se
tragan la isla y allí no queda más que el mar helado, las nubes grises y un
cielo oscuro.
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